En verano debido a las altas temperaturas nuestros pies sufren muchísimo. Se recalientan y sudan más, permitiendo la aparición de los molestos hongos, por este motivo los especialistas recomiendan no llevar calzado cerrado.
Las alpargatas o esparteñas, gracias al esparto que es un material que aísla del calor y favorece la transpiración del pie, se convierten en un calzado idóneo para esta época del año.